Llegaste en busca de reposo
y tus ojos hallaron un espejo,
entre ellos y la imagen:
la deriva.
Elva Macías
Fragmento de “Estancias”
y tus ojos hallaron un espejo,
entre ellos y la imagen:
la deriva.
Elva Macías
Fragmento de “Estancias”
El final es un comienzo indecoroso,
reprochable,
malditamente abrumador desde su principio
y cruelmente insatisfecho después de su embestida.
El final es el principio del relato:
una inenarrable historia vacía de color
y repleta de estentóreo duelo.
El final es repositorio gélido de fracasados sueños,
sórdido recordatorio de una realidad fallida,
flagelador preámbulo de soledad eterna.
El final es una soga de insidiosas dudas
incapaz de ahorcarnos entre plegarias justas,
la cruel burla de un maleable destino,
la más tierna esperanza de un optimismo delirante.
El final es siempre renacimiento para algunos
en la búsqueda de todos sus placeres,
pero,
invariablemente,
es lenta muerte para ingenuos
después de su oneroso adviento.
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