Hoy es la segunda vez que incluyo poesía en este esporádico ejercicio de catarsis cibernética. Es posible que ya no tenga nada que decir y que simplemente lo sienta. ¿Qué más da? Cuando tomé la foto adjunta, me regocijé en su belleza como testimonio de la lindura después de la muerte. Jamás creí que pudiera relacionarla a mi vida más allá de la coincidencia durante un paseo por el Bosque de Chapultepec. Sin embargo, la vida a veces se empeña en burlarse de uno. De cierta forma, el intento de poema que prosigue refleja lo que el muerto árbol pudo haber dicho, o lo que mi subconsciente entendió y plenamente siento en carne propia.
Alguna vez te ame,
Inhóspita mujer
De irreconciliables horizontes,
Con el ingenuo fervor
De un idiota esperanzado.
Alguna vez te ame
Hurgando territorios clandestinos,
Y se me reptó furtivamente
Un arrebato primigenio,
Y se me escapó candente
La cordura por los labios,
Y corrí hacía ti como un iluso,
Y te ame íntegramente
En metáforas de espacio,
En símiles de tiempo
Y en tergiversaciones libres
De todo lo prohibido.
Alguna vez te ame
En blanco y negro
Hasta que llegaron los colores
Con tus besos,
Y habitando los ígneos
Rincones de tu alma,
Comencé a creer en el amor
Como un gran milagro inusitado.
Alguna vez te ame,
Pródiga mujer de todos mis anhelos,
Y tengo que escribirlo ahora
Porque ya no estás aquí para contártelo.
4 comments:
Muy hermosa su poesia, realmente ha vivido algo asi?
Gilipolla do merda.
Que alegría da el ver que sigues escribiendo, desde donde estés. Ahí pues donde estés recibe un abrazo.
como siempre tus poemas me llegan a donde deben...
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