Sunday, December 06, 2009

En la Búsqueda del Sueño



Vos sos la mujer irremediable,
la mujer únicamente comparable a ti, 
y por ente indescriptible.
Vos sos la mujer.
Aquella quien con su evocación concede
más allá de los limites de su cuerpo 
y la que en cada ejercicio de concepción
evade responsabilidades y culpas.
Vos sos mujer que se desgrana al beso
y surca en la tierra estéril del alma
fertilidades de ensueño al abrazo.
Sos la mujer irrefragable y constante,
la que no cabe en un verso
ni se olvida tan fácil como el tiempo;
mujer co-dependiente a su condición de mujer
y libre de toda contingencia.
Eres el reclamo de la diosa
quien te ha creado a su forma y figura
y sos victimaria imparcial de inmemoriales musas;
mujer que exige pensarse,
mujer que demanda concederse y evadirse desquiciadamente
para poder describírsele y reiterarme así
en la búsqueda del sueño.
.

Monday, October 19, 2009

. . .y la lluvia. . .

.
Y la lluvia sobre tu cuerpo,
en tu cuerpo,
perpetró, cruelmente,
contra el olvido.
.

Thursday, October 15, 2009

Aquél Amor


Aquél amor fue jauría

que doblegó los sentimientos

y fundó vitalidad

en pasión enardecida.

Aquél amor ofendió credos y distancias,

defendió su causa a flor de piel

con sus férreas garras y sometió,

victoriosamente,

la contienda cruel del antagónico destino.

Aquél dúctil amor de miradas reflejadas,

de reciprocidad en la premura de su hecho,

magistralmente se forjó en candentes sinfonías

y aseguró indeleble huella

en el descanso del abrazo.

Aquél amor blasfemó toda corriente

obstinada en robarle su motivo

y se refugió en vigilia de esperanza;

escribió su historia entre muros de agua

y burló todo lenguaje en fertilidades áridas.

Aquél amor fue jauría de encontrados sentimientos,

pero hoy es sólo perro negro buscando su guarida,

abandonado en tus calles desoladas.

.


Tuesday, October 13, 2009

Tuesday, October 06, 2009

I will then land on the arid crevices of your imagination and allow you to lubricate my thoughts with the fertility of our encounter.

Regreso a la feracidad irredente de un momento para recordar.

Sunday, October 04, 2009

Una Página de Silencio para Mercedes Sosa

Una Página de Silencio para Mercedes Sosa

















.

Wednesday, September 30, 2009

Desperté alguna vez que estaba consciente

.




Desperté alguna vez que estaba consciente

para adormecerme en un sueño.

Entonces viví y disfruté de glorias inéditas

e infiernos malcontados,

sometí umbrales invencibles,

me subyugué ante frágiles debilidades,

recorrí caminos imprevistos

y fui en dimensiones aledañas,

me olvidé de mentiras

para recordar perdidas realidades,

reescribí algún pasado

intentando manipular un futuro,

abordé de lo dispuesto y,

su disponibilidad sobrecogida,

dispuso de mí con su abordaje,

dormí sin sus brazos y desperté entre ellos;

desperté entre sus brazos y dormí sin ellos.

Desperté alguna vez que estaba consciente,

pero ahora sueño para despertar.

.

Silencio

Silencio


Habrá entonces que hablar de algo,

como se siente y objeta del recuerdo.

Habrá de hablarse negándole el todo,

diciéndole nada en de-estructuradas métricas

de la antítesis de lo permitido.

Existe mucho que sentir y de que hablar

en la evasión de lo indiscutible,

porque en la obviedad de la existencia,

a manera de burla,

sólo contamos con el significado.

Pero si en esta noche

el eco se rehúsa para interpretaciones,

callémoslo todo entonces y dejemos

que nocturnos gatos encarnen el deseo

emanándonos del alma.

Dejemos que perezca el eco en el placido silencio del sueño,

porque para entonces,

favorecidos del juicio de un subconsciente rezagado,

las palabras fluirán sin recelo

y la sonoridad del mundo externo

convergerá lluvia adentro, mar afuera,

entrañas emergentes ante el nacimiento

de una fortuita paradoja ineludible.

Habrá que hablar,

como se siente e impugna el sufrimiento,

pero para eso se requiere de palabras,

y hoy, ya no las tengo.

.

Sunday, September 27, 2009

Mi voz


M
i voz,
para que sea voz,
precisa de la entera audiencia de sus oídos
que hoy no están dispuestos a escucharle.

.

Tergiversaciones


Y sin embargo,

mi silencio explota en matices infernales

y mi integridad la partes en dualidades opuestas.

Pero nada importa y todo vale

porque contigo se sobreentiende el riesgo de blasfemar,

y estoy dispuesto a cruzar una docena de umbrales

para hablar de ti y contigo en aquel idioma que me enseñarás.

No existe mejor excusa para condicionar la libertad de palabra

que muy dentro de la semántica de tu significado:

callarte, irremediablemente, conlleva a la obscenidad de la tragedia.

Callando se escapa la razón por algún resquicio inhóspito del alma

porque en mi cabeza navega libremente la sexedonia de tu verdad

a la cual me has invitado con la disponibilidad de tu mirada.

Callándote no comprendería de tus sentidos cuando

con un trozo de tu voz me regalas la complacencia de tu voluntad.

Con tu voz y bajo húmedos fonemas de tus extensiones desplegadas

existe la incomparable orgasmogenia del lenguaje,

y dentro del cenestésico control de sus palabras,.

olvidándonos de significado de poemas

o pudores incapaces de entender nuestra grafomanía somática,

escribiremos la epístola que realice nuestro mutuo hemerotismo restringido.


.

Thursday, September 24, 2009

Alicaído

A Manera de Presentación


Que indigno es de la gloria soberana,
quien siendo libre para alzar el vuelo,
al ensayar el vuelo se amilana.

Fragmento de "A Laura (Méndez)."
Manuel Acuña.


Alicaído


. .. Asumo contrito la ironía
de esta irrestricta libertad condicionada.
Acepto alicaído el vandálico dolor
de esta y todas las vidas de tu ausencia.
Entiendo,
incluso,
la paradigmática causa y sus razones.
Sin embargo,
mi esperanza invicta permanece anclada
al silente amor que resiste su deceso,
a la felicidad que siempre compartimos y,
como esta tarde,
evocamos frente a tu espejo
sutilmente hilvanando nuestras alas.

.

Alicaído

A Manera de Presentación


Que indigno es de la gloria soberana,
quien siendo libre para alzar el vuelo,
al ensayar el vuelo se amilana.

Fragmento de "A Laura (Méndez)."
Manuel Acuña.


Alicaído


. .. Asumo contrito la ironía
de esta irrestricta libertad condicionada.
Acepto alicaído el vandálico dolor
de esta y todas las vidas de tu ausencia.
Entiendo,
incluso,
la paradigmática causa y sus razones.
Sin embargo,
mi esperanza invicta permanece anclada
al silente amor que resiste su deceso,
a la felicidad que siempre compartimos y,
como esta tarde,
evocamos frente a tu espejo
sutilmente hilvanando nuestras alas.

.

Thursday, September 03, 2009

Olvidarte


Huérfano de tu amor,

el deliriogénico hueco de tu ausencia

me obliga a labrar la insidiosa roca

con la que construyo un doloroso olvido.

Las pesadas piezas se acomodan

y el muro se levanta vago, oneroso,

delineando el fatídico perímetro

de este absurdo laberinto

que cae cada vez que te recuerdo

y reconstruyo cuando pretendo olvidarte.

.

Tuesday, September 01, 2009

. . .

Una ráfaga de ideas me acosa desde cada cavidad pre-sináptica hasta el simbolismo de toda percepción que navega mis sentidos. Sin embargo, excepto esto, hoy me sobran los renglones vacíos porque es triste ganar una perdida aleatoriamente o por destino, de manera lógica o absurda, con o sin dignidad, dispuesto, predispuesto o indispuesto. El mañana nunca llegará: sólo una realidad alterna y ajena a todo mi pasado, sobretodo en tal contradicción, porque huyendo encontraré sin buscar y en la búsqueda regresaré al pasado para nuevamente huir, reiniciando el ciclo que ahora me enloquece y deja sin palabras.

.

Saturday, August 29, 2009

Intangible Existencia





Intangible existencia hoy con la ventana abierta

y nuestra historia tropezando en divergencia.

Imperceptible existencia aquí,

negando la intangibilidad

con tinta derramada como recuerdos,

entre palabras como símbolos,

arquetipos de representaciones inanimadas

hasta que un actor, algún parlante,

provea tangible esencia.

Intangible existencia

en este cuarto más vacío hoy,

con estos brazos sin rumbo,

en el letargo del paréntesis

con su inconformidad renuente.

Hay esperanza de regreso:

lo has prometido.

Como la duda promete escaparse

por la ventana abierta,

como una crisis existencial

suele ser padecimiento pasajero.

Has prometido volver y yo,

en esta intangible existencia,

te espero.

Sunday, August 23, 2009

Tu Afán Atrincherado en el Silencio





Mueran entonces el recuerdo

y su abortiva génesis

en la famélica fabricación del olvido.

Muéranse ya de indiferencia,

porque irreconciliable es

en el apogeo del desencanto,

la discrepancia entre la realidad y el sueño.

Guarde silencio el desacierto

y su acusadora burla de deceso:

hoy por hoy,

es contundente el triunfo de la muerte

en esta historia equívoca.

Entiérrese pues,

toda esperanza de compañía

entre longevas caricias y festivos besos.

No hay marcha a atrás:

el último renglón ha sido escrito

con tu afán atrincherado en el silencio.



Wednesday, August 05, 2009

Falacias

Falacias

En estos últimos días se ha generado un intercambio, algo absurdo pero divertido, en este blog. No me sorprende, ya que durante mi vida he conllevado circunstancias similares por razones homologas. Es decir, personas pretenden criticar lo que escribo con falacias (ad hominem) y cuando se les refuta en base al argumento en cuestión siguen atacando mi persona. Uno de los casos más evidentes y documentados sucedió cuando colaboré en un blog con un amigo durante las pasadas elecciones presidenciales en México. Se sobreentiende que en tales circunstancias uno provee su punto de vista, lo cual hice en varias entradas, pero al faltarle recursos para refutarme a quienes estaban en desacuerdo, optaron por atacarme y decir que escribía pura paja, que ni yo mismo entendía las palabras que utilizaba. Como científico social (cuento con corroboración universitaria en las áreas de Psicología, Sociología y Trabajo Social), podría enumerar los múltiples fenómenos que explicarían la conducta de tales individuos, pero los reservo para evitar cualquier tipo de confusión. Lo que no me reservo es ponderar en lo grato que es descubrir que mis estudios han valido la pena porque la actitud de esos individuos corrobora la mayoría de temas estudiados en clase, sobretodo la patología psicológica y la adaptación a un medio ambiente adverso.

Un tal Anónimo, por ejemplo, reitera que escribo pura basura, en lo cual estoy de acuerdo porque tal aseveración representa su punto de vista, pero su crítica termina ahí, convirtiéndola en pseudo-crítica, en el menor de los casos, y falacia en términos reales. Este blog incluye opiniones, poesía, o arte, pero Anónimo nunca se enfoca en el material expuesto y opta por insultar la calidad humana del autor. Es obvio que sea posible que esta persona deteste lo que escribo y me ataque a mí como su autor o que me deteste a mí y por eso me ataque, lo cual entiendo, pero le exhorto a que se enfoque en el material en lugar del autor para que su pseudo-crítica (léase opinión) se torne en crítica. Habrá que repasar las clases de lógica requeridas en la preparatoria o, en su ausencia, utilizar el sentido común que se supone es inherente en todos los humanos.

Eso me lo enseñaron ancestros quienes no terminaron la primaria antes de que yo cursara la secundaria.

Tuesday, August 04, 2009

El Infinito Renglón de nuestro Abrazo


El Infinito Renglón de nuestro Abrazo



Poesía no eres tú
ni malogrados versos
incapaces de fielmente describirte.
No.
Poesía no son tus sensuales pasos
enardeciendo la ilusión de tu llegada,
tu tenue voz izándose en sinfonía precisa,
tu placido silencio en el momento justo
o tu absorta mirada reflejada en el espejo del amor.
No.
Poesía no eres tú
ni las canciones que te cantan o te escriben,
tus abrumadas alas sobreviviendo vuelos,
tus expectantes labios,
tus educadas ideas y pensamientos descabellados,
tus ojos de fértil flor
o tu cuerpo siempre añorado y bienvenido.
Poesía no eres tú en punto neutro,
tú imaginada, descrita,
tú en recuerdos que a veces se dibujan.
No.
Poesía no eres tú en singular:
poesía somos nosotros
habitando el infinito renglón de nuestro abrazo.

Sunday, August 02, 2009

Y Después de Ti

Y Después de Ti



Y después de ti,

el silencio más estentóreo

nunca antes escuchado.

Porque de tu furtivo devenir entre mi vida,

amándonos con la prontitud de tu algarabía,

nació la sinfonía más placida

en largos momentos de remanso.

Pero sin ti,

después de haberte ido,

el ruido de tu ausencia

colinda con umbrales abismales.

Después de ti nunca la muerte:

tan sólo una vida agonizante,

un amanecer sobre el otro y,

durante tu vivo silencio,

la exactitud de despertar sin un mañana.

No prometiste más que el subrepticio gozo

de tus aguas en nuestro haber desértico.

No complaciste sino tu sed amontonada

después de años en espera.

Estuve conciente, tal vez, del sueño,

como seguro estoy ahora que tu huida

la llamo por mil nombres.

Y sin embargo,

después de ti también tú,

vestida de esperanza,

dispuesta a brindar un desenlace

nunca antes esperado.


Friday, July 31, 2009

Una Vez que el Tiempo me Libere

A Manera de Presentación

Mienten las cosas que hablan de ti,
tu rostro último al inclinarme sobre él,
porque no eras tú y yo sólo abrazaba aquello que el infinito [retiraba. . .]

Fragmento de "Oscura Palabra."
José Carlos Becerra.



Una Vez que el Tiempo me Libere


Una vez que el tiempo me libere

de la cárcel de tu insomnio—

cuando de su falso entorno

hayan surgido todos los gusanos

y de mi carácter amputada

se encuentre la esperanza—

ya no saldré corriendo

en busca del pasado,

pero te encontraré invariable

entre los escombros de sus minutos perdidos

y te reconstruiré, perfectamente,

en los múltiples umbrales de mi soledad enloquecida.

.

Tuesday, July 28, 2009

Todo Después de Todo

Todo Después de Todo

Todo después de todo

en la breve eternidad del gozo,

todo después de todo

durante confusiones absurdas

de una verdad tergiversada,

de una mentira en pedestal

adorada por el rebaño de la envidia.

Todo después de todo

cuando el ensueño se realiza,

mientras magias nutren su destello

con cadáveres de olvidos,

entre cambios de abandonadas pieles

y preciso intercambio de almas.

Todo después de todo

porque la caricia de por medio,

porque lo contrario se acobarda

entre voces perdidas que se encuentran en silencios.

Todo después de todo

porque las miradas sonoras gritan

la total algarabía de los milagros.

Todo después de todo porque,

como vital urgencia,

el vigor de una esperanza

repele todos los finales.

Todo después de todo y,

sin ti,

la longeva eternidad del desconsuelo.

Monday, July 27, 2009

Recordaré Olvidar


Recordaré Olvidar



Recordaré olvidar

la lírica tenacidad de tus palabras

narrándome promesas al oído,

la vivaz flor de tu mirada

abriéndose y cerrándose a mi paso

como sucinta manifestación de tu deseo,

la lluvia abrigando nuestros cuerpos

en la complicidad de una premura explícita,

la humedad de todos tus labios recibiéndome,

tus gritos instalados en el júbilo

implorando que permanezca adentro.

Recordaré olvidar todo el recuerdo,

como ahora lo sugieres,

y olvidaré recordar lo inmerecido:

todo el dolor de este regio desamparo,

la penumbra gélida habitándome

en noches desgarradas,

tu esencia indiferente a mis entrañables suplicas:

el martirio abyecto y oneroso

que viviré todos los días con tu abandono.


Saturday, July 25, 2009

El Amor es un Puente Colgante y Caprichoso







El amor es un puente colgante y caprichoso

entre la vida y el averno:

la más alucinante visión

de un delirio efervescente.

Sus lánguidos peldaños y desgastadas cuerdas

proponen una expedición adversa,

pero la promesa de su logro

nos ciega ante la hostilidad del riesgo.

Durante la travesía,

entre tempestades y largos desconciertos,

el puente se alarga y nos domina,

se transforma en laberinto extenso

que flaquea la condición del alma

en pasadizos abarrotados de inseguridades falsas

o arquetípicos miedos.

Una vez que se retoma el mando,

después de mañanas que se vuelven sólo una mañana,

durante brisas vespertinas alentando el vuelo,

el viaje es pleno idilio

porque el puente se transforma

en jardines fértiles o límpidas promesas.

Una vez cruzado el insoportable abismo,

sin embargo,

la otra orilla se convierte

en punto equidistante entre el infierno y la existencia

porque el amor es también una gota de rocío

que se evapora con el calor de la mañana.


Wednesday, July 22, 2009

Sombra de Sombra


S
ombra de sombra donde cae mi voz
y su disperso carácter ostensiblemente repta
hasta la íntegra atención de tu desdeño.

Sombra de sombra en el umbral preciso,
como alquimia de miradas transformándose en deseo,
en horizontes plenos cuando tu cuerpo se dibuja con el mío.

Sombra de sombra hasta la regresión infinita
de sombras reflejadas en espejos primigenios,
desde el final que niega su principio,
con tu infatigable condición fractal
enardeciendo esta esperanza inaudita.
.

Monday, July 13, 2009

Aquí Entonces Hoy

A Manera de Presentación


Mañana que ya no puedan
encontrarse nuestros ojos,
y que vivamos ausentes,
muy lejos uno del otro,
que te hable de mí este libro
como de ti me habla todo.

Fragmento de "Hojas Secas."
Manuel Acuña.


Aquí entonces hoy
y para siempre.
Aquí de más allá,
de aquí,
dando un paso seguro
en la circunferencia.
Aquí donde los sueños nacen
y siempre van allá
y aquí regresan.
Aquí donde la vigilia lúgubre,
donde la ansiedad suprema,
donde el llanto lo mismo
por dolor que por delirio
desde tu longeva ausencia.
Aquí en la noche estéril,
en los allanados caminos del regreso,
en el vacío que ha dejado la lluvia
humedeciendo nuestra concupiscencia.
Aquí entonces hoy
y desde siempre;
ciego de esperanza
postrado en el umbral
de un horizonte extenso.
Aquí entonces desde hoy y como siempre:
dispuesto a dar la vida por tu entrega.

.

Saturday, June 27, 2009

Fútiles Cualidades del Olvido

A Manera de Introducción


. . . la noche
es la que permanece y la que sueña. . .

Fragmento de "Como Aguas Divididas."
José Emilio Pacheco.



Una afilada lucidez

atenta contra mi locura

en esta nimia noche,

una grave lucidez se escapa

furtivamente de mi cuerpo

y con su flagelante filo

comienza a desangrarlo.

Una afilada lucidez

atenta contra todo,

pero nada importa

porque aún en la plenitud

de toda mi hemorragia

yo sigo amando tu locura

compaginada con la mía,

yo conservo el júbilo

de tus pupilas dilatadas,

yo reclamo la pasión invicta

de todas nuestras noches para recordarte.

Nada importa porque una afilada lucidez

pretende rescatarnos del abismo

cuando la noche nos recuerda

las fútiles cualidades del olvido.

.

Sunday, June 21, 2009

{(a)noche[(s)iendo]}

A Manera de Presentación

Afuera,
la noche agazapada
aguarda como tigre
el salto mortal a través de la ventana. . .

Fragmento de "Conjunción."
Gioconda Belli



{(a)noche[(s)iendo]}


Nueva es la noche con sus mitos

en esta soledad abyecta,

nueva como delirio de imaginación austera.

Nueva es la noche con sus ciclos,

con sus llantos y sonrisas,

con su pétrea imagen y estilizado canto

incapaces de entenderse con su nueva esencia.

Nueva es la noche hasta el mareo,

nueva y llorando por nosotros

como se llora ella misma

en el mortal instante del reflejo.

Nueva la noche con su gélido esplendor

esculpiendo sentimientos en olvido,

nueva como su novedad antes

ansiosamente se esperaba.

Nueva la noche en la continuidad del tiempo,

pero también triste y estorbosa

con su simbología obsoleta.

Saturday, June 20, 2009

Imprinting, my dog Socrates and Me.


Imprinting is a form of learning in which an animal, usually during an early period of development, fixes its attention on an object with which it has its first visual, auditory or tactile experience. Thereafter, since the animal has imprinted on that entity, it follows it for the rest of its life. Unlike classical conditioning—in which an animal learns to respond through contingent and repeated presentation to a stimulus—imprinting is considered to be innate, does not require repetitious pairing and is apparently independent of the consequences of the responses to the stimulus, thus making the process irreversible. The most common illustration of imprinting, which is how it was first described by the Austrian ethologist Konrad Lorenz, is that of geese following the first object they see immediately after hatching, even if it is an empty soda can. From an evolutionary perspective, this instinctive form of learning is adaptive in that it enhances the chances of survival for newborn animals because, on average, their first contact after birth is with their mother. Dogs, which are born deaf and blind, have a particular period during which imprinting is believed to occur—usually between the third and eight week of life—and is mainly olfactory and tactile. This being the case, dog owners who play and spend sufficient time with their pets during this critical period of development can expect to have a faithful companion for the rest of the animal’s life since, based on the scent gathered from that interaction, they regard the owner as a congener.

Although my pet dog Socrates decided to adopt me at an undefined age, this particular explanation seems relevant because soon after my ex-girlfriend and I rescued him from the street he started following me around, much in the fashion of imprinting. It would have been impossible—almost inhumane—not to have taken him in. Although a puppy, the tan-colored Jack Russell terrier mix seemed to have prematurely aged, bearing a long ashen beard and an ornate Mohawk-style mane. A scoundrel had graffitied the puppy’s body and collar with gang-related insignia, making the rescue more endearing, as my ex-girlfriend and I joked that in a matter of weeks, beginning with tattoo removal, we would rehabilitate a gang member. The irony was that, especially for me, Socrates transformed me in several ways.

The most important way was that of caring for him, which renewed my interest for daily walks or bike rides where the concept of imprinting has become salient. I have to admit that this aspect is what I loved the most about Socrates, for it was effortless to walk around with a dog that only ventured to explore a few steps away from me and responded to my summoning quickly and without apparent objection. In fact, it was difficult to get him away from me. Several times at the dog park, for example, I had to run away from him so that he could interact with other dogs. Around my neighborhood, it was astonishing how obediently he followed the trail that I set for him, the reason for which I began to decrease my use of the leash—a big mistake.

Yesterday morning, as I sometimes do when I take out the trash before going to work, I asked Socrates to come along. He followed me, eager to interact with Red, a neighbor’s dog, through the back gate facing the alley. Although I was late for work, I asked Socrates to come because during the last two occasions Red had barked at me in a protesting tone. As I put the trash in the dumpster, Socrates and Red had their usual exchange, but the neighborhood’s stray cat appeared and Socrates ran after her. Since this type of chase has happened before, I was not concerned because the cat typically runs to the adjacent apartments and Socrates returns soon thereafter. This time, however, Socrates saw something on his way back, probably a squirrel, and ran to the side street, recklessly crossing it. I ran after him, in an attempt to prevent him from crossing back, but when I reached the street he darted towards me as a Chevy Suburban made its way south. All I could do was to scream “Stop!” and lift my hands in a halting motion, but it was too late. Socrates’ agonizing wail became a dagger entering my heart, followed by quintillions of pins penetrating the most sensitive parts of my human composition. When I picked him up his hind legs were twitching. He is dying, I thought, but looking at me with his apologetic puppy eyes, he began to lick away blood he was smearing on my forearms.

“It’s not my fault,” the driver screamed as she descended from the vehicle. “You shouldn’t have a dog without a leash. That’s the law, you know that, right?”

I walked to the curb, ready to exchange my soul to the devil so that Socrates would not die. The lady followed me.

“Is he OK?” she asked.

“I don’t know,” I said, wishing that she would go away.

“It’s not my fault,” she repeated. “I slowed down when I saw your hands, but it is not my fault. You shouldn’t have a dog without a leash.”

“I know that,” I said while Socrates began grunting at the lady, showing more signs of normal life. “It is my fault. Now, you have several options. You can report me to the police, you can leave or you can go with me to the vet and pay for the bill.” The lady froze. After a few seconds, she apologized.

The veterinarian informed me that Socrates did not seem to have suffered any bone trauma, but that, based on his lethargy and lack of interest in food, it was necessary to consider internal damage. During my life, I have broken bones, dislocated my right clavicle, been stabbed in my right leg or, among other things, been run over by a bicycle. After those experiences, the least of my concerns was food, leading me to believe, in the most wishful of ways, that Socrates would soon recuperate as I had done.

Socrates and I spent the rest of the day together. He continued to have no interest in food, even for his favorite treats, making the veterinarian’s lecture on possible internal damage onerously resonate as a death sentence. However, he also refused to be away from me and I harnessed myself to the hopeful idea of the healing qualities that companionship can provide. At night, I put him in bed with me. When I do this he usually crawls under the sheets and goes directly to my feet. This time, he simply lay next to my torso and adopted what can be described as a human fetal position. He woke me up at 4:22 AM, his head resting on my neck, his eyes rolling in the fashion of REM sleep, his possible dream apparently re-living the memory of the accident because he was yelping in his sleep. One of my sisters once told me that animals do not have a soul. I can not attest to that, but I am now convinced that they can experience Post-Traumatic Stress Disorder.

Today, Socrates has eaten 3 hot dogs and still follows me around, although slightly limping. He sleeps more than average, most of the time on my lap. When he wakes up, he looks at me with a contrite gaze, as if simultaneously asking for forgiveness for the accident and reassuring me that everything will be fine.

I believe everything I interpret because I have imprinted on him.

Tuesday, June 16, 2009

El instrumento musical más triste del mundo.

Cuando el duduk habla, la resonancia de su voz refleja el lamento que impera en mi alma.


Tuesday, June 02, 2009

Friday, May 29, 2009

Naufrago

A Manera de Introducción


Bajo tu tacto tiemblo
como un arco en tensión palpitante de flechas
y de agudos silbidos inminentes.

Mi sangre se enardece igual que una jauría,
olfateando la presa y el estrago,
pero bajo tu voz mi corazón se rinde
en palomas devotas y sumisas.

Rosario Castellanos
Fragmento de “En el Filo del Gozo."






.

Tuesday, May 26, 2009

Sueños de Lluvia

A Manera de Introducción

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes,
pero el Jardín Botánico es un parque dormido
que sólo se despierta con la lluvia.

Fragmento de "A la Izquierda del Roble."
Mario Benedetti.


Sueños de Lluvia

Cuando en tus brazos

y tu halagüeña piel

nutriendo mis sentidos,

(detrás de ti,

contigo;

por encima de la aflicción

y del antiguo paisaje desolado;

frente a ti,

en nosotros;

con esta urgencia de conciliar

y reconciliar el gozo;

en esta necesidad de tomar

y retomar el viaje,

de explorar terrenos nuevos o inconclusos

en nuestro jardín de sueños alimentado por la lluvia,

de tejernos hasta el final del tiempo,

de ser y dejar de ser

para renacer en nuestros brazos)

la casual incidencia de la vida es un milagro.

Saturday, May 23, 2009

Algo sobre mi Mami


b



My indefatigable grandma, or Mami, as I like to call her, walked directly to the single illuminated bench in the otherwise dim interior of the Morelia Cathedral and carefully placed her eighty year old body on the varnished wood. I thought about how much I loved her as the light allowed me, once again, to perceive her characteristically braided grey hair and her favorite faded red sweater. Rejoicing in the almost biblical image materializing in front of me, I quickly retrieved my camera and fired a couple of shots—one of which accompanies this essay—fearing that her untiring character would lead her to walk away at any moment. I smiled, thinking to myself that the photographs would turn out to be great, even if they looked staged, and proceeded to explore the rest of the place. When I looked for Mami after a few minutes, she was still sitting in the same place, cleaning her glasses as the limited amount of sun coming through the lateral window seemed to have been divinely selected for her. I took another set of photographs and continued my surveying, assuring myself that if I had wanted to fabricate those lighting effects I would have never been able to do it. I was happy, because of the photographs and because Mami was there. She said that she had never visited the place, but I was certain that she had. After all, she claimed not to remember having gone to places we had visited together barely two years before. When I told her about my idea of going to Morelia, she had said, “Yes. Morelia. That’s good. It’s a nice place and it has an enormous Cathedral.” I imagined that in her youth she had been there and that the experience contained one of the many secrets that she has kept from her family and that should never be revealed.

I wanted to see the Cathedral, but something kept me glued to Mami’s image. During the previous road trip she had maintained the fullest energy possible for her age. In fact, she had always been my accomplice in planning and realizing several road trips around her home town, but during this trip we both began to accept the effects of her age at around kilometer one thousand. Pondering on the beauty of the image, on the beauty of Mami herself, I remembered that the day before she had stumbled in a poorly lit restaurant. She had selected that bench not for aesthetic reasons or the possible warmth that the sun would provide, but because the light shining on it promised the security of a safe landing. An excruciating sense of sadness began to assail me. For years, my family and I had become increasingly aware of the loss of energy and mobility Mami had been undergoing. Intellectually, in consideration of my background in Psychology and Social Work, that awareness should have rendered my feelings as infantile, for what was appearing before my eyes was nothing but the outcome of age in every human being. I felt sad, nevertheless, because Mami was the first person to make us believe that she was as strong as a forty year old woman and because, being so attached to her, I was the first in the family to believe her. I felt sad because of my delusional naiveté. I was sad because, in spite of all the logical preparations and biblical foreshadowing, I was unwilling to accept that she would eventually die.

I sat next to her and asked her how she was doing.

“I am fine,” she said. “I was cleaning my glasses. This place is beautiful.”

I held her hand and kissed it. We then silently sat for a few minutes while I caressed her head.

“Do you want to go back home?” I asked.

“Don’t you want to go to other places?”

“Not unless you feel like going back.”

Mami remained silent for a moment.

“Actually, I am a bit worried about your uncle,” she said.

I smiled, happy to know that, as usual, she had seized the opportunity, for she would never have asked me to do something that she believed would hurt my feelings.

During the rest of my vacation, our road trips amounted to quick visits to the market or to my uncle’s house. I spent all possible time by her side: cooking, watching television, cleaning the house, talking until dawn or sleeping by her side. When I showed her the photograph at the Cathedral, she did not really care much for it.

“You are leaving in four days,” she interrupted as I told her how beautiful the image seemed to me. In denial, I did not care to know when I was leaving, but she was counting the days.

“I hate going to the airport,” she said.

Swallowing my tears, I pretended not to have heard and continued babbling about her photograph at the Cathedral.

Mami, however, was more concerned about the mental photograph of our upcoming farewell.

Friday, May 22, 2009

Hola

Hola, visitante. Espero dejes mensaje.

Sunday, May 17, 2009

Una Página de Silencio para Mario Benedetti

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The Sisyphean Orpheus


The Sisyphean Orpheus


Initially, I believed that my reading of John Fowles’ “The Magus” occurred at an inopportune time during my life, the reason for which I searched for purification from my excessive identification with its themes and blurred reality by reading what turned out to be a more surrealistic novel: Haruki Murakami’s “The Wind-up Bird Chronicle.” As I read the latter book, it was difficult for me to avoid pondering on the interrelatedness of both novels and, indeed, the messages that they seemed to provide. Reading, of course, is invariably a subjective endeavor. As such, I slowly came to the discernment that my hitherto interpretations ensued from the events unfolding in my life at the time.

It was then that I realized that there could not have been a better time to have read the novels, in such particular order.

My biggest disappointment with “The Magus” was its open end. Fowles was heavily criticized for this. Readers even contacted him demanding a clear resolution, which he provided according to their expectations.
I would have done the same, had he still been alive, but as my reading of “The Wind-up Bird Chronicle” continued I began to pay closer attention to my impulses. That is, although novels always face open interpretations, I had been presented with the ultimate example of it and was not taking advantage of the opportunity. After a few days of critical introspection, I understood that my interaction with the narrative represented a parallel process with the narrative of my life. As such, I so badly wanted a clear resolution in the novel because I needed a prompt resolution to the current episode of my life. Indeed, in spite of the novel’s existentialist and psychoanalytic tour de force, the last sentence was the message that I least wanted to hear: cras amet qui numquam amavit quique amavit cras amet (Tomorrow let him love, who has never loved; he who has loved, let him love tomorrow). These are the opening lines of a Latin lyric entitled “The Vigil of Venus.”

Opening lines, as if symbolizing that the beginning is always near, always present, especially for love?


Rubbish, I thought.


Yet, love I suffered, of the unrequited kind, the reason for my bitterness.



It can be argued that each novel deals with the possibility of a second chance in love through a particular adaptation of the Orphic myth. The case of Murakami is perhaps the clearest, as his protagonist, Toru Okada, descends into a well and the realms of his dreams in an attempt to bring back her Eurydice, Kumiko Okada. Fowles seems to have provided a twist to the myth.
Nicholas Urfe, his protagonist, flies from the barbarism of his western consciousness to a distant Greek island, refusing to accept a second chance with her Alison Kelly and finds himself playing an infernal god-game after which he discovers to have been destined to remain with her. In the end, at least through my heavily prejudiced interpretation, reunification is not the most important matter. And neither is the learning process. The significant moral of both stories is that, perhaps even in the most adverse of situations, both men appear to learn little from their experiences.

Now, that is a lesson from which to learn
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(The cathartic outcome of this experience was a short story, “The Black-eyed Beast,” which I will soon upload to this blog).

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Tuesday, May 12, 2009

Onironauta

Onironauta

. El hombre despertó afligido, consciente de que ese día se cumplía el plazo: Un mes en que nada se arregló ni se resolvería. Volvió a dormirse porque ninguna otra actividad merecía la pena. Comenzó a soñar que dormía y que despertaba, justo como había sucedido minutos antes. Dentro de su sueño, sin embargo, despertó sin el devastador peso de saber que el plazo se había cumplido sin resolución alguna. Cuando abrió los ojos, ella estaba ahí, contemplándole tiernamente con esa mirada multicolor que él tanto gozaba. El hombre sonrió plenamente y ella besó su frente, explicándole que, de ese momento en adelante, no habría nada de qué preocuparse. La mujer y el hombre se abrazaron, sus cuerpos armonizando en premura y calma tal y como siempre. La invasión de felicidad ebullió en ellos y la mantuvieron ardiendo hasta el agotamiento.

. No hubo oportunidad de disfrutar esa onírica felicidad nuevamente porque el hombre volvió a despertar dentro de su sueño y ella no estaba ahí. Deseó burlarse de la ironía. Al parecer, la realidad se empeñaba en perseguirlo incluso en sus sueños. Se sentó a la orilla de la cama a fumar un cigarro, ponderando que daba igual, de ese momento en adelante, despertar o no. Al terminar de fumar, decidió irse a dormir nuevamente dentro de su sueño para viajar por esos recónditos espacios del recuerdo, del deseo y de la esperanza, convencido que, por lo menos así, la volvería encontrar.

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