Wednesday, January 07, 2009

Efectos

A Manera de Introducción

Desautorizo mi ternura.
Vuélvanse mis ojos turbulencia.
Pido castigo ejemplar a mis palabras.
Al alba quito la escalera
para que ninguna luz suba a las ventanas.
Que sea como un perro mi bondad.
Que en los charcos
sean glorificados mis instintos.
Que la vida tropiece
y su pie herido sea mutilado.
Desautorizo a mi sangre y a mi sexo.
Y para mis oídos:
toda voz, toda vez, toda sombra, todo siglo.
Sea mi espalda una sábana árida.
La ausencia es una unión definitiva.
Todo tengo prohibido:
incluso la amargura.

“Perversidad de la Separación”
Juan Bañuelos

Tengo fiebre.
Tengo fiebre de desquicio
buscando equilibrio en vida de despojo.
Tengo una fiebre impoluta de esperanza
entre pesadillas que claman tu regreso.
Tengo fiebre.
Me contorsiono en doloroso fervor
ante la inequívoca evidencia
de tu felicidad hirviendo en otros brazos.
Tengo fiebre.
Tengo una fiebre maldita
de encontrar nuestra realidad tergiversada,
de que en mi delirio,
considere compartirte
antes que sentirme desolado.
Tengo una fiebre mordaz
que habita el repleto rincón
de mi desdén vapuleado.
Tengo fiebre.
Tengo fiebre de ojos y de brazos en espera,
del recuerdo de candentes bríos transfigurados
en nocturnal satisfacción de esencia.
Tengo fiebre.
Tengo una fiebre infecta de febriles estupores
en esta prolongada espera.

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