Monday, March 30, 2009

Regreso

A Manera de Presentación

Vasallo de la sombra que pasó por allí,
leyéndome canciones
en la página rubia del crepúsculo,
no puedo ya pensar en otras huellas,
y al perseguir las suyas,
doy vueltas en redondo.

Jaime García Terrés
Fragmento de "Trasiego."



Férrica te has ido
en todo intento de abandono,
pero la valencia de tu corazón de hierro
cede a la densidad de la memoria.
Entonces feérica regresarás
en la canícula corpórea,
con el apogeo del entusiasmo,
entre el ardor de todos los recuerdos;
y después de innúmeros convictos
yo comeré de ti en nuestra permanente hoguera,
yo habitaré tu piel acariciando rincones deliciosos,
yo segregaré de ti ignotos licores de tu esencia
y mojaré tus labios con la espuma de mis sueños postergados.
Masticando suavemente nuestros nombres hablaremos al unísono,
mutuamente navegándonos,
en la amorosa condición de todos nuestros mares.
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Wednesday, March 25, 2009

Cenizas

A Manera de Introducción


Ya sólo soy un poco de nostalgia que canta.
Y a tus puertas estoy,
como una piedra gris,
en el lujo nítido de un prado.

. . .Abre tus puertas
y ciega con la vista mis dos ojos.
Mátame de belleza, ya alcanzando
el gran callar hacia donde navega
el bajel [barco] de nostalgia que es mi llanto.

Margarita Michelena
Fragmentos de "A las puertas de Sión"


Hablo entonces también del alba
y su lento palpitar entre los sueños,
pero como amarga pesadilla que me espera.
Y de la rosa inerte y seductora hablo también:
montado en su desgarradora espina.

Hablo de la sangre ardiente
enardeciendo dichas que se apagan
o de insomnios inconclusos, pero eternos,
buscando miradas reflejadas.
Hablo de tu ausencia como muerte
y del silencio como llanto que clama tu regreso.

Hablo de la voz, como tu voz,
ensordeciendo mi zozobra.
Y hablo también de todo lo palpable y admisible,
de lo absurdo y de lo incierto,
porque callando,
callando asiento las cenizas.
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Friday, March 20, 2009

Sufro

A Manera de Presentación

Si tu cuerpo,
si tu risa,
si ese tiempo pudiese volver.
Si tu cuerpo, si tu risa, los pudiese tener otra vez,
pero todo se termina,
como ese cuentos de niños que sé.
Y mañana,
mañana,
no sé lo que pasará,
porque mañana yo te necesitaré.
Porque mañana tu cuerpo deseo tener.


Sufro.

Sufro mi desolado asolamiento con este aciago llanto
retorciéndome hasta el mismo dolor de donde emana.

Sufro.

Y en esta burda tempestad de vida,
intento recoger de los escombros
alguna migaja de esperanza.

Sufro.

Y entiendo que todo será inútil,
que quizá mañana cuando todo el polvo se acomode,
cuando absorta muera el ave ubérrima dentro del nido,
la última hoja caerá del árbol contiguo a tu ventana.

Mi llanto es, sin embargo,
tan necio como toda tu renuencia,
y clama desde los recónditos abismos
a la bestia que alguna vez conjuró todo el encanto.

Y grita inconsolable en su rincón eterno
nutriendo con su delirante angustia
los fértiles recuerdos con que intentas olvidarnos.
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He de Morir

A Manera de Introducción


Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Jaime Sabines
Fragmento de "No es que muera de amor..."


He de morir.
He de morir todas mis muertes
porque tu designio así lo ha destinado.

He de morir la muerte oculta
que acecha todos mis segundos
y todas las muertes que nunca he imaginado.

He de morir.

He de morir la muerte exacta de la angustia,
desgajándome el alma con su cuchillo carnicero
mientras habito umbrales infinitos e infernales.

He de morir.

He de morir padeciendo el suplicio total de la amargura,
morir,
morir viviendo la lenta muerte de tu escarnio.
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Thursday, March 19, 2009

La Despedida

A Manera de Presentación:

Mi angustia, en horizontes liberada,
corporiza en tu azul de transparencia
el verde que persigue la mirada;
y en el color que brota de la esencia
de gozarte en ritmo de llegada:
yo sufro la pena de tu ausencia.

Elías Nandino
Fragmento de "El azul es el verde que se aleja."


Mi pupila hambrienta de esperanza
descubrió su indefirente rostro en el espejo.
Entonces yo advertí severamente que regresaría a mi nada.
El dolor se fundió en mí como un abismo
mientras mi despojo se apagaba en su recuerdo.
Sin embargo, yo me negué a vivir el infortunio
y regresé con el afán voraz de un pordiosero.
Regresé porque morir lejos de ella
hubiese sido más cobarde que mi forzada huída.
Regresé porque cuando el dolor descarga su espada traicionera
la vida se transforma en delirante averno.
Regresé porque el antídoto del amor es el amor
y yo le amo con locura.
Regresé,
pero ella celebraba ya la despedida.